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(Recomendado) ATRACCIÓN ORIENTAL

CAPÍTULO 34

La noche era fría, oscura y lúgubre, quizas iba acorde con su estado de ánimo.

Su vista se perdía en la terrible oscuridad frente a sus ojos.

-¿Tampoco puedes dormir?- cerró los ojos al escuchar su voz. Tan ronca... profunda... tan amada. Se giró para verlo, se enfrentó a aquellos oscuros ojos, a su hermoso rostro que estaban sumido en parciales penumbras.

-No- le dijo sincera para luego suspirar- se me hace imposible- Nael, terminó de llegar a ella.

-Me sucede lo mismo- Reconoció- Vanessa, lamento tanto todo el daño que te he causado- sonaba realmente triste y avergonzado.

-Que nos has causado- le corrigió- no me has lastimado sólo a mí, sé que sufres. Lo veo en tus ojos, Nael.

-Mi sufrimiento es lo que menos importa- respondió- pero quisiera tener otra vida.

-Yo también lo quisiera- dijo y un silencio incómodo los abrumo por algunos minutos- quiero que sepas que no te odio, que jamás podría hacerlo- se giró hasta él y le acaricio una mejilla- pero lo más importante, quiero que sepas que no me arrepiento de haberte amado, no me arrepiento de amarte, ni de haberme entregado a ti, de haber conocido el placer en tus brazos. Fueron los mejores momentos de mi vida. La vida se ha empeñado en separarnos, en ser cruel.

-Lo siento, Vanessa- lloró - de verdad lo siento.

-Lo sé - sonrió triste- y aunque duele no te lo reprocho, Nael. Yo más que nadie se de tu profundo amor a tu pueblo, es un instinto intrínseco en ti el que quieras hacer lo mejor por la gente que amas.

-Nunca podre amarla, seremos tan infelices.

-Debes ser fuerte- acarició su mejilla- yo intento serlo. Intento seguir en pie, intento forjarme una vida.

-¿Con Zachary?- preguntó triste- Desde adolescente noté como te miraba.

-Zac, es dulce, comprensivo, amoroso. Es tierno y me quiere.

-¿Y tu, podrás quererlo?

-No... no lo sé, quizás los años me ayuden. Jamás le amaré como te amo a ti, pero debo luchar por hacer mi vida.

-Lo entiendo- dijo mientras acariciaba su cabello- te amo tanto, Vanessa.

-De la misma manera que yo te amo a ti- sin poder resistirse a la tentación se pegó a su masculino cuerpo, en busca de algo de apoyo. Era su última noche de soltero, era la última noche en la que podía permitirse abrazarlo de aquella manera. Después de aquella noche le sería totalmente ajeno y prohibido.

Elevo sus manos, ahuecando las mejillas de Nael, mirándolo directamente a los ojos. Se elevó, poniendose de puntillas para poder besarlo. Sus dedos subieron hasta enredarse en su sedoso cabello. Sus labios se encontraron con ternura, con tanto amor que Vanessa quiso llorar, ansiosa bebió sedienta del dulce placer de la boca de su amado.

El beso fue ascendiendo de nivel las ansiosas manos de Nael, acariciaban con ternura la espalda de ella. El calor apoderándose de sus cuerpos, recorriendolos con exquisita necesidad, sus labios chocando con desesperación en una lucha por ganar la mayor cantidad posible de placer.

Pronto tuvieron que separarse en busca de aire. Vanessa se abrazó nuevamente a él, queriendo poder quedarse así de por vida, de no tener que soltarlo jamás.

-No puedo hacerlo- gimió Nael- no puedo casarme.- Vanessa, lo abrazó con fuerza.

-Nael... -Vanessa lo miró sin respiración.

-Es que...- la estrechó con más fuerza- no me imagino una vida condenado a tu ausencia.

-Sabes que no puedes hacer eso- dijo triste- la has anunciado públicamente como tu prometida. En unas horas es la boda, si decides suspenderla Francia lo tomará como una afrenta, quizás... se genere una enemistad permanente... o una guerra.

-¡Pero...copy right hot novel pub

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