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(Recomendado) ATRACCIÓN ORIENTAL

CAPÍTULO 41

El grito que nació en sus entrañas y brotó a través de su garganta fue la máxima expresión de dolor, el amargo llanto de alguien que se ahoga en la agonía de haber perdido el amor más grande de su vida.

Sintió que alguien la rodeaba en un abrazo y no supo quien era pero se aferró con fuerza al apoyo que le brindaba. Sus desgarradores lamentos inundaban el hospital, mientras buscaba desahogar el dolor que amenazaba con asfixiarla o, lo mejor seria dejarse arrastrar por ese dolor y dormirse para siempre como lo había hecho su adorado Namir.

Su hijo, su pequeño hijo. Aquel que tanto había anhelado, el que había esperado con tanto deseo, aquel que casi le costaba la vida traerlo al mundo, aquel que la había mirado con sus hermosos y pequeños ojos. Su bebe... su amado bebe.

Sindrome de muerte súbita del lactante (SMSL), muerte de cuna, como fuera que se llamase, sencillamente su adorado bebé había olvidado como seguir respirando. ¿Cómo? Estaba entre los brazos de su madre, junto al pecho de la persona que más le amaba. ¿Cómo pudo olvidar respirar? ¿Cómo ella no se dio cuenta?, para recordarle como hacerlo, para enseñarlo, como pensaba hacerlo con todas las cosas que quería enseñarle. La realidad la abofeteó; no lo vería crecer, no iría a la escuela, no podría darle su amor, porque su bebé ya no estaba y nunca mas volvería.

Quería morirse, quería olvidar como respirar para poder seguir a su pequeño Namir al mundo del sueño eterno.

En cuánto las palabras salieron de la boca del doctor, escuchó el desgarrador grito de Haleine, sin pensarlo la rodeo con sus brazos brindándole el apoyo que necesitaba. Su propio corazón acababa de fracturarse, aquella terrible pérdida le destruía por completo lo que quedaba de su alma. Se dijo que necesitaba ser fuerte para poder brindarle el apoyo que Haleine necesitaba pero, no podía ser tan fuerte como quería. Aquello le dolía demasiado.

Su hijo, ¿Por qué su hijo? Sólo tenia unas cuantas horas de nacido, no había podido disfrutarlo lo suficiente, no había podido amarlo lo suficiente, verlo lo suficiente... pero él ya no estaba. Si él sentía aquel terrible dolor, no quiso imaginar el que sentiría Haleine, ella que lo había amado desde siempre, que había pasado por el terrible dolor de traerlo a este mundo.

No sabía si podrían superar esto.

El médico tuvo que sedarla para intentar tranquilizarla, pues se agitaba constantemente en la cama pidiendo ver a su hijo y gritando que quería morirse, que no quería quedar con brazos vacíos.

Nael la contemplaba allí dormida y sintió tanto dolor. Ella aún en sueños gemía levemente y se retorcía un poco.

¿Cómo podrían vivir con todo esto?

¿Sería su culpa?

¿Se habría sentido su hijo poco amado e inconscientemente había decidido dejar de respirar?

¿Tendría el la culpa, por no haberlo amado desde el principio?

¿Por no haberse acercado a el y hablarle en la barriga, quererlo, susurrarle cosas como lo haría cualquier padre?

Las lágrimas comenzaron a caer con desesperación de sus ojos. El inmenso dolor en su pecho se hizo insoportable y los sollozos se apoderaron de él.

En la sala de espera la familia comprendió lo sucedido al escuchar los gritos. Didier no pudo evitar las lágrimas. Mientras que la culpa expresada de distintas maneras se apoderaba de la familia Real.

Odette se refugió en los brazos de su esposo mientras sollozaba desconsoladamente.

-Pobre de mi Hija, mi pobre niña...

Isabella se cubrió el rostro y lloró, lloró más fuerte cuando Zabdiel la abrazó y susurró palabras de tranquilidad.

Zashirah se abrazó a su padre.

Isabdiella cayó al suelo de rodillas llorando por su recién conocido sobrino. Sus padres se arrodillaron junto a ella y la abrazaron.

Zahiry, ella se aferró con desesperación a su madre mientras lloraba dolida.

-Es mi culpa, madre- soltó Zahiry en medio de sollozos, expresando así el sentimiento que los ahogaba a todos.

-No, no tesoro. No es tu culpa, ni la de nadie. Son cosas que sólo suceden, cosas que no deberían suceder- dijo Ivette, tomando a su hija de las mejillas y obligandola a mirarla.

-Puede ser mi culpa- lloró - yo no hice más que hacerla rabiar y molestarla- gimió desconsolada- ¿Y si esas molestias lastimaron..copy right hot novel pub

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