Nael abrió los ojos y de inmediato una sonrisa se dibujó en su rostro. Inspiró y por primera vez en mucho tiempo se sintió en paz, una tranquilidad absoluta lo envolvía, sabía que esa sensación se la debía a Vanessa, sólo ella podía darle ese sentimiento de esperanzas renovadas.
Está vez todo sería mejor, no arruinaria su segunda oportunidad, su segundo intento.
Vanesa, sería lo primero en su vida, está vez podría darle a Norusakistan, una reina digna; no sólo del pueblo sino de su vida entera. La amaba, no había nada más claro y seguro en su vida, no volvería a perderla por nada.
Alá había sido sumamente bondadoso al regalarle esta segunda oportunidad y no la perdería, no lo estropearía.
-Buen día Majestad, agradecemos a Alá que le otorgara un día más de vida- se giró para toparse con la mirada agradable de Mohammed.
-Alabado sea, Alá- respondió sonriente.
-Su baño está listo Excelencia, el desayuno será servido en cuanto usted lo disponga.
-Gracias, Mohammed.
Desayunó y luego se encaminó a casa de Vanessa, estaba listo para pasar el día a su lado. Sus hombres le miraban y podía ver en sus rostros que su felicidad a notaba. Eso era sumamente agradable para él.
Llamó al timbre de la casa y esperó pacientemente.
-Buenos días, Nael.- le dijeron nada más de abrió la puerta.
-Buen día, tía- le sonrió amablemente pero Suseth no respondió - Sé que no le agrada mi presencia y que cree que lastimaré nuevamente a Vanessa, pero le prometo que no será así. Tía, me esfuerzo por ganarme esta segunda oportunidad, me esfuerzo por hacer las cosas bien.
-No sé si pueda confiarte el corazón de mi hija, sufrió mucho. Demasiado, más de lo que cualquier mujer se merece.
-Lo sé - dijo y suspiró- y no hubo día que no lo lamentara y me sintiera miserable por ello. Está vez haré las cosas como es debido, si Vanessa me acepta, y ruego a Alá que así sea, me dedicaré a amarla, pondré un anillo en su dedo, la corona sobre su cabeza y mi vida en sus manos.
-Eso suena bien, jovencito. Es justo lo que espero que hagas. Mi hija no merece menos que eso- le miró con ojos verdes muy serios.
-Lo sé. Sólo no este a la defensiva tía, eso la hace sentir mal, ya la conocemos y sería agradable para ella... para ambos, contar con su bendición.
-Tienen la mía - dijo Matt apareciendo en la puerta.
-Gracias, tío. La haré feliz, lo juro.
-Es lo único que me importa- dijo Suseth- ustedes siempre se han amado, es hora de poner cada cosa en su lugar.
-Así es- sonrió- ¿tengo su aprobación para convertirme en el esposo de Vanessa?
-La tienes- dijeron al unísono.
-Gracias- sonrió feliz.
-Nada que agradecer, Excelencia. Eso de tener que llamar a mi propia hija; Majestad, suena tan...
-Se acostumbrará- aseguró sonriendo- además, es sólo en público. Tía, ¿Puedo abrazarla?- preguntó con ojos cargados de emoción.
Suseth no respondió, sólo abrió sus brazos dándole paso al tibio cuerpo de su querido sobrino.
!¿Como no quererlo?!...
Vanessa, llegó y observó la imagen sonriendo que su corazón se llenaba de ternura.
-Perdónenme por haberla lastimado- escuchó que decía Nael.
-Tienes la oportunidad de remediarlo. Ahora es una mujer madura, profesional y que sabe lo que quiere. No lo arruines Nael.
-No lo hará...o al menos, es lo que yo espero- dijo sonriendo.
-¿A dónde vamos, Nael?
-A un lugar que de seguro nos traerá bonitos recuerdos- sonrió.
-¿No me darás ninguna pista?
-Solíamos ir allí de niños, cuando mis padres me traían a Inglaterra. - ella frunció el ceño, como buscando en sus recuerdos.
-Nael...
-Relájate, será un día maravilloso.
Pasó largo rato hasta que Vanessa comenzó a reconocer la vía. Se giró hacia él con los ojos llenos de emoción.
-No lo puedo creer... ¿Vamos a dónde creo que vamos?
-Regent's Park- dijeron al unísono. Vanessa lo miró fijamente a sus hermosos ojos.
-Oh por Dios, Nael- dijo emocionada- adoro este lugar.
-Es por esa razón que te he traído aquí.
-Amo su verde espesor, la paz que me trasmite...
-Recuerdo que de niña adorabas correr por todo Regent's Park- le acarició la mejilla con ternura.
-No sé si ahora que soy adulta, pueda reprimirme ante semejante tentación.
-No debes hacerlo. Puedes tomar mi mano y correré contigo, mi amor. -El corazón de Vanessa palpitó con violencia.
-Su Excelencia corriendo como demente y perdiendo la compostura. - sonrió- es tentador.
-Lo haría por ti.-aseguró.
Después de estacionadas y bajar del auto emprendieron una lenta caminata por el parque.
-Allí tenemos fotos-señaló Nael.copy right hot novel pub