-¿No estás nerviosa?-preguntó Isabdiella con sus enormes y bellos ojos llenos de brillo.
-Por supuesto que no- Vanessa le dedicó una enorme sonrisa- he soñado con esto desde que soy una niña. No hay nervios, sólo una dicha enorme.
-Nael, sí que está muy nervioso- aseguró Zahiry.
-En los hombres es natural- intervino Zashirah- son más... básicos, por decirlo de alguna manera.
-Nervioso o no, Jamal está que no cabe en él, de la dicha absoluta que siente. Y no lo digo porque sea mi hermano.
-Quizás, sea la misma dicha que sienta nuestra Princesa Isabdiella, cuando celebre su compromiso.
-Quizás- aseguró la aludida- pero falta mucho para eso.
-Seguramente el doctor, pronto quiera formalizar- aseguró Zashirah.
-Son tonterias- dijo Isa- yo... No creo que...
-Todas aquí sabemos que no quieres al doctor- añadió Zahiry burlonamente- tu estas estúpidamente enamorada de Drew.
-¡Zahiry!- la reprendió completamente ruborizada.
-¡Oh por Alá!- rodó los ojos- termina de asumirlo de una vez por todas- le dijo- quizás, así las cosas sean más fáciles. -Isa la observaba ruborizada, avergonzada e incapaz de negar o admitir.
-Dejemos a Isa, al doctor y a Drew, en paz. No creo que Isa esté enamorada de Drew- la miró con complicidad- así que guardate tus ironías, Zahiry. Deja de intentar ponerla en evidencia.
-¿Por qué? - elevó desgiante su orgulloso mentón- siempre te puse en evidencia con Nael y... ¡Y ya ves! Hoy anucian su compromiso ante la nación. Quizás, nuestra Princesa corra con la misma suerte. Tendrían un vínculo mayor. Primas de corazón, y ¡cuñadas por partida doble!- dijo riendo.
-¡Por Alá! - gimió Isabdiella, hundiéndose el rostro.
-Es suficiente- intervino Vanessa- ayúdenme con mi caftán y a hacer algo con mi cabello. Se acerca la hora y no estoy lista.
-Tienes razón, Vane- Zashirah sonrió comprensiva-terminemos.
Isabella, contempló su imagen en el enorme espejo de sus habitaciones.
-Tan hermosa como siempre, mi señora- le dijo Zabdiel, mientras llegaba y le abrazaba por la espalda- más hermosa, si es que eso es posible.
-Tan adulador como siempre. Mi señor.
-Oh no, Alá sabe que sólo digo la verdad.
-Ya no soy tan hermosa- le sonrió con dulzura- los años ya me han pasado factura.
-Los años no han hecho otra cosa sino, acentuar tus perfectos rasgos.- depositó un beso en la delicada piel de su cuello.
-Me mira usted con ojos de amor. Amado mío.
-Con el mismo amor que he de mirarte siempre, señora mía.
La hizo girar entre sus brazos para tomar dulce posesión de sus dulces labios, sellando, como a diario hacían, la profundidad y certeza de sus sentimientos.
-¡Por tu culpa llegaremos tarde al anuncio del compromiso, Zahir Mubarak!- dijo una sonrojada Ivette, quien corría a toda prisa intentado terminar de pulir su maquillaje.
-No te quejabas hace unos minutos- dijo burlonamente, mientras se vestía - si mal no recuerdo, gemias dando muestra del enorme placer que sentías.- Ivette lo miró como queriendo asesinarle- ¡Oh no, no me mires así!
-Es tu culpa Zahir. Tu... me tientas.
-Es un placer saber que aunque comienzo a envejecer aún puedo tentarte- le guiño un ojo.
-Si, bueno. Gracias a nuestro descontrolado líbido, llegaremos tarde al anuncio.
-Tarde, pero satisfechos.- sonrió con picardía- no me importa llegar tarde sólo por disfrutar de tus deliciosas curvas. ¡Eres tú quien me tienta, mujer! - dijo mientras jugaba con los nudos hechos a la altura de su lindo caftán.
-Zahir.copy right hot novel pub