Alguien me empujó levemente sacándome de mi ensueño y abrí los ojos con mucho esfuerzo.
Habíamos dado un par de vueltas más por algunos edificios consiguiendo objetos de valor antes de llegar al punto de encuentro y no más tarde al área de acampar sobre uno de los edificios que Mark había escogido. Agotados, casi ciegos de cualquier amenaza más allá de la que el propio cansancio representaba y ahora aún más agotaba me encontraba luego de dormir en la intemperie, cubierta por una manta en plena azotea porque a ese bastardo le encantaba el clima nocturno.
Miré a Xoé sentada frente a mi envuelta en una gruesa chaqueta militar, ofreciéndome en una de sus manos un inhalador y en la otra una cajetilla de cigarros. – ¿Cómo prefieres empezar el día?- Dijo con una sonrisa cansada, todo su rostro se veía cansado además, y no llevamos ni 24 aquí, o eso creía.
Mis pulmones ya estaban lo suficiente cargado de suciedad para agregarle otra capa de ello así que tomé el inhalador y respiré profundamente agradeciéndoles a los dioses o cualquier deidad que escuchara por obtener este aire limpio. Tomé profundas caladas de aire fresco como si hacía mucho no las hubiera tenido y no me detuve, pasó un buen rato hasta que dejara de inhalar aire tan demandantemente.
- Te ves como la muerte y peor. – se quejó Xoé frunciéndome el ceño. Me dejé caer sobre las mantas y no dije nada mientras solo me concentraba en respirar.
- Mells podría verte, ya casi termina con uno de los novatos.
Me fijé hacia donde miraba por sobre su hombro y observé a la mujer con cabello corto y rubio atender a uno de los novatos en una especie de camilla portátil.
- ¿qué tan mal estamos? – pregunté sin querer saber realmente la respuesta, haciendo a un lado por un segundo el aparato antes de volverlo a necesitar. Me creía incapaz de ponerme de pie, así que ella tendría que venir.
- del 1 al 10, estamos acabados. – reconoció con el ceño fruncido y nervioso. – uno de los novatos del equipo de Isak se infectó y Mells trata de recuperarlo. Mark hace un fenomenal esfuerzo ignorándolo, nos demandó que estuviéramos para salir dentro de media hora. No se contentara hasta que consigamos algo de metal u oro para llevar. Está en ese negocio, eso es lo que lo impulsa a venir aquí. Recogimos una buena cantidad en las primeras horas pero necesitamos más para cubrir nuestro hospedaje.
Oh, bueno eso resumía todo. Aunque Mark podría alegar que siempre había bajas en las misiones y aunque la muerte de un novato inexperto poco era importante para los directivos, no era un buen comienzo para presentarse. Sobre salir de nuevo, al menos era un día abierto, sin mu-chas nubes pero igual de penumbroso. Por la luz podía intuir que era medio día, así que tal vez había estado fuera por demasiado tiempo.
La observé con una mueca, lo único que podía hacer. Quería volver a dormir pero me dolía mu-cho el cuerpo para hacerlo.
- ¿Quieres que te ayude a llegar hasta Mells? Ya has recibido bastante paliza de la vida. – ofreció tendiéndome su mano abierta y limpia.
Me gire a verla aun acostada, tal vez reflejando todo el dolor que sentía.
- ¿la vida? - le pregunté. Sí que me había tratado mal, pero no creía que mereciera toda la culpa.
- bueno, bueno no te hagas la víctima. Qué horror lidiar con alguien tan débil. – se quejó/ burló de mi quitándome la sabana y ayudándome a poner de pie.
No era fan de los médicos pero sabía que alguien tendría que revisar mi oreja, todavía mi oído ardía de dolor. Me tendió una mano ayudándome a poner de pie y la oí gemir de dolor y sostener su brazo.
- ¿Qué te pasó? – ella me miró como si debiera saberlo.
- Tu maldita arma paso. Es muy potente para mí. – me regañó a lo que yo sonreí, o intenté hacer con todo mi cuerpo congelado y herido.
- Pero al menos dejé con la boca abierta a Nick y Scar.- Agradeció mientras me ayudaba a caminar hacia donde se encontraba la doctora.
- Recuérdame enseñarte a como deberías de cargarla después.
Mells levantó la miraba a nuestra llegada observándonos con sorpresa. En serio sí que debía de lucir como la muerte.
- Hola – dijo instándome a que me sentara en un taburete a su lado. Se inclinó para decirle algo al chico en la camilla y este se levantó con un poco de esfuerzo para dejarme el espacio libre.
- ¿por qué siempre que te veo luces peor? – me reclamó palmeando la camilla portátil a su lado. Xoé me dejó tan delicadamente como podía sobre ella y prometió volver con algo de comida, dejándonos espacio para que trabajaran en mí. - si se te ha infectado no re-pararé en ser dura contigo, debiste de venir conmigo en el segundo en que pisaste este lugar.
Encontraba graciosa la miraba molesta y gruñona de Mells, tanto que no podía tomarla en serio por la seriedad que si representaba.
Podía sentirse en ella más que verse la misma aura casi angelical de Ferz, como si las personas buenas pudieran separarse del resto, y eso hacía que su amenaza quedara floja de fuerza.
- no tengo argumentos para defenderme así que solo… Ataca. – le ofrecí desabrochando mi chaleco. Fue de primero a mi oreja y aunque la inspeccionó con cuidado entre dos de sus dedos me hizo maldecir del dolor y alejarme.
Me sonrió ante mi poco aguante y se deshizo de su guante un segundo para tomar mi rostro y hacerme verla. Su mano era suave y delicada. Buenas manos.
- Maia tienes que detenerte, no te vas a recuperar nunca si sigues así. - Aseguró con de-terminación pero a la vez haciéndolo sonar como si en verdad quisiera que dejara de hacerme daño.
- ¿qué sabes tú de lo que puedo aguantar? – contraataqué sin dejarme ganar. Eso solo era una etapa, solo necesitaba algo de tiempo y descanso y todo estaría bien. ´
- soy tu doctora, te he atendido desde que entraste aquí y nunca había estudiado a alguien tanto.- me regaño, volviendo a ponerse el guante y asiéndome para que me quitara el gorro y le bajara el cierre a mi traje.
- Hmm, creo que se infectó. ¿Te corto un Rousker? – preguntó girándose hacia sus cosas y tomando varias gasas mojadas con alcohol.
- No, solo me disparo un idiota. – gemí de dolor cuando el alcohol hizo contacto en mi piel.
Busqué con la miraba a Mark y lo encontré agazapado en el otro extremo hablando con sus chi-cos. Seguramente llenándolo de blasfemia sobre mí.
- Fue un duro inicio. –reconoció. Se encargó de limpiar mi cuello delicadamente pero aun así y con todo su cuidado sentía como pequeños alfileres contra mi piel.
Xoé volvió con dos tazones de comida, si es que podía llamarse a esa mezcla gris comida, y trató distraerme contándome sobre sus logros en la expedición de anoche pero la presión en mi cabe-za y cuello amenazaba con estallar en cualquier momento.
- ¿Qué dijo Mark sobre lo que me sucedió? – le pregunté cortando su relato. Ella me ob-servó unos segundos y se encogió de hombros.
- Dijo que te pusiste como loca, como si estuvieras infectada y que intentó liquidarte antes de que mataras a uno de los novatos.
Tomé el inhalador y traté de relajarme y no gritar tan fuerte como quería, eso no le haría más fácil el trabajo a Mells o a mí en todo caso.
- necesitaras puntos y tal vez que te la reconstruyan cuando volvamos al instituto. – me in-formó Mells deshaciéndose de la quinta Gasa con alcohol manchada de sangre y suciedad. – pero me preocupa más eso.
Se sentó al otro extremo para darle un vistazo a las vendas ensangrentadas y sucias que cubrían la mordedura del Rousker. A decir verdad tampoco quería ver eso.
- Xoé nos vamos. – Mark llegó donde nos encontrábamos junto con todo su equipo de expedición. Me dio una corta miraba antes de apurar a Xoé. Tampoco estaba de buen humor para verle, pero prefería mantenerme inexpresiva.
- No olvides tu mascara.copy right hot novel pub