Lo malo de los humanos es que el tiempo de recuperación era mucho más lento y delicado, y luego de una paliza como la que había recibido, Mells internó por tres días a Xoé. Marge casi le había dislocado la retina y roto una costilla.
El ambiente del grupo general no estaba en mejor estado, siendo mucho más tenso luego de esa prueba de valor.
Isak tuvo que darse también de baja de los ejercicios por fuertes dolores musculares y no dejaba de ver con odio a Mark por haberlo expuesto de esa manera.
Había visitado cada día a Xoé, solo un rato para pasar a ver como estaba mientras me enfocaba en que mi cabeza no volara y enseñarle nuevas y mejoradas estrategias de avance a los muchachos pero esta vez me decidí por cruzar la barrera que nos separaba y ver cómo le iba.
- ¿Cómo te sientes? – le pregunté entrando a su cubículo, era más pequeño, donde Mells pudiera trabajar con tranquilidad en recuperar su ojo lo antes posible. Me senté a un lado de la cama observando la mejora considerable que había tenido, ahora solo se le veía la mitad de la cara hinchada y golpeada.
- Me veo mejor que tú al menos. – dijo, lo que me hizo gracia. – debes afeitarte la cabeza o utilizar un gorro. Tu pelo vuelve a crecer.
- esa es la menor de mis preocupaciones justo ahora, pero tú te ves bastante bien. Chica ruda. – le guiñé un ojo con ganas pero simplemente guardó silencio y se encogió de hombros mirando hacia otro lado. Era como me había alertado Mells, no estaba teniendo un buen momento con ella misma. Apenas si se había querido levantarse de la cama y mucho menos hablar.
La empujé levemente el brazo, alentándola a hablar con lo que corrió su ojo bueno hacia mí mirándome con desganas.
- ¿Quieres que te cuente una historia?
- No tengo 9 años, por favor déjame sola. – resopló con orgullo pero aun así seguí adelante. Sabía que esto le haría bien.
- Había una vez una mujer que escaló hacia lo alto de un rascacielos, y que atravesó un furioso mar en busca de ser reconocida por lo que había hecho. Pero allí, en lo alto donde estaba era muy pacifico todo, apenas si sentía el sabor de la vida. Su corazón, su cuerpo entero, lo había preparado para ser el de una guerrera, la más salvaje de todas, así que la comodidad no la satisfacía.
- Una noche tuvo un sueño; como todo alrededor ardía. Todo lo corrupto, todo lo que es-taba mal en el mundo ardía y regresaba a la tierra a su forma natural, pero no por el fuego de los humanos, era por el ardiente sol, lo quemaba y purificaba todo. Y en la noche, cuando el silencio se había asentado, todo lo bueno volvía a cobrar vida poco a poco. Se despertó sintiendo que era su destino ir allí y cruzó de nuevo ese indomable océano y una horda de terribles monstruos, dejándolos moribundos a su paso, hasta que encontró el sol y allí creó una gran cúspide que concentrara todo su poder para convertir su sueño en realidad. Desde esa noche las mil pesadillas de no ser grande ni fuerte se desvanecieron a solo una: El temor de lo que deparara el mañana.
Era una historia emocionante, pero no estaba segura de que toda la emoción e intensidad con que la había contado le hiciera justicia. Normalmente esa historia me hacía recobrar fuerzas y esperanzas, esperaba que le pasara igual. Por el brillo en sus ojos sabía que algo si había sentido.
- ¿Eso es todo? – preguntó como si esperara más, al menos se veía algo más alerta.
- Una historia no es solo una línea en el mapa que tiene un principio y fin, menos las historias verdaderas.
- Pero, aun así, ¿crees que sea posible? ¿Lograr tales cosas? ¿tener tales sueños? –Se sentó en la cama observando a sus manos. No lucia débil, no, parecía más bien derrotada. Nunca antes se había mostrado o sentido así, siempre reverberara un poco de confianza y esperanza en ella.
Estuve a punto de preguntarle que le pasaba antes de que se me adelantara y me diera la respuesta por si sola.
- ¿Me dejaras atrás no es cierto? Ya tienes tu excusa para no seguir preocupándote de mí. No dejaras que vaya a la expedición. – afirmó con los ojos nublados en lágrimas, intentando contenerlas.
Me daba una sensación rara verla de esa forma así que solo le dije:
- Necesitas recuperarte y solo pensar en eso.
- No quiero quedarme atrás. Haré lo que sea, pero no quiero quedarme. Quiero ser parte de esto, todavía puedo. Por favor. – tuve que alejar la miraba para soportar mejor el que me rogara de tal manera, era desgarrador y no quería quitarle mucho las esperanzas pero en su estado solo lograríamos matarla llevándola así.
- Me dijiste que confiara en ti, que podía hacerlo. Ahora te pido lo mismo. – dije poniéndome de pie y sacando del bolsillo de mi chaqueta varias hojas que tenía doblada. Tuve que pensármelo un poco antes de entregárselas. Esto era ir con todo, hasta con la lógica, pero tal vez fuera ya tiempo.
- Esta es tu lista de tareas, me dijiste que sabias coser, los equipos necesitan algunas mejoras y cuando termines con ello tu armaras cada bolso con los suministros básico, excepto las armas, ese es trabajo de Ferz. También llevaras un inventario de la comida y mantas. ¿Puedes hacerlo?
Me observó sin poder decir palabra alguna y tomó las hojas lentamente, como si no se creyera del todo lo que escuchaba. Pareció cambiar de opinión al ver todas las órdenes en las hojas con su nombre escrito en ellas.
Esto pareció alentarla un poco, aunque parecía también que estuviera mal del corazón.
- Gracias. – dijo con algo de vergüenza. Le sonreí simplemente tratando de convencerme que esto era algo bueno que podía hacer para devolverle uno de tantos favores que le debía. Me había estado cuidando la espalda, no podía negarlo.
- Xoé, no eres una mula o un juguete. Tal vez sea un pequeño paso pero es lo que tienes que dar. Dejar que Marge te diera una paliza…Eso no lo hace cualquier. Ahora espero que sepas que ser Smooker es soportar el dolor, vivir con ello latiendo por dejado de tu piel y aprender a sobrellevarlo. A partir de ahora no puedes doblarte o rendirte, tienes que seguir moviéndote.
Me detuve lo suficiente para mirarla a los ojos, tratando de impregnarle todas estas palabras, antes de irme.
Salí de allí satisfecha con lo que había hecho sin esperar a toparme de frente con un grupo de muchachos. Me impresionó bastante ver a Isak, Jordan y Shawn esperando pacientemente afuera, este último con un paquete de galletas en su mano el cual escondió detrás de él al fijarme en ella.
- Hola.copy right hot novel pub