- Te ves enojada. – comentó Anthony a mi lado mientras le daba una caja con vitaminas a la mujer que terminaba por escanear, dudaba que pudiera hacer algo por su pulmón dañado y su más 32% de daño colateral por el virus.
Lo miré unos segundos intentando decidir entre ignorarlo o contestarle hasta que me decidí a suspirar por fin y tratar de relajarme.
- ¿Crees que todos tengamos alguna esperanza? somos tan propensos a morir infectados como ellos pero aun así… Vamos allá afuera intentando encontrarle una respuesta a todo esto. Creo que después de 30 años no hay respuesta, solo debemos concentrarnos en salvar al nuevo mundo y a aquellos que se lo merezcan. – dije tratando de no sonar tan pesimista como me sentía pero había visto demasiado, tenido un buen vistazo del mundo exterior tal y como era y no creía que intentarle encontrar una explicación fuera lo suficiente para salvarnos, salvar la poca esperanza de vida que le quedaba al planeta.
Intentaba enfocarme en mi labor cuando lo sentí mirarme de reojo mientras seguía con lo suyo. Tal vez había dicho más de lo necesario, no sonaba como yo misma en realidad. Solo algo que Jack y Henry me habían hecho creer en lo más profundo de mi para así explicar el por qué hacia lo que hacía, para no desperdiciar mi compasión con los desahuciados.
- Es una pregunta muy grande para mí, pero supongo que sí, o eso creo. No escogieron esto y muchas de estas personas fueron deshabitadas de sus hogares en el centro para traerlos aquí, era más seguro para ellos mismos y para los demás cuando no creaban contagios en cadena. Este es el único terreno disponible que les dejó la Corte Smooker a la Delief. Escuché que negociaron limpiar y custodiar este terreno con tal de que unos pocos siguieran trabajando en cortar metal y ese tipo de cosas.
Eso me hizo pensar un poco, no era raro que la corte Smooker se comportara así pero ¿por qué aquí? Ya tenían a grandes fabrican en el lado oeste de la ciudad para ello.
- ¿Qué más sabes? Digo, pensé que este lugar solo era un refugio. – dije tratando de hacerlo pasar como un tema usual.
- Lo es, ¿pero no es raro que este tan cerca de las líneas fronterizas? Y yo no veo a casi ningún Smooker por aquí además de lo que vinieron con nosotros. Creo que en realidad fue una excusa para que esta gente trabajara limpiando los escombros y abriendo el camino. – dijo encogiéndose un poco de hombros con pesar. Aunque sus palabras para nada habían sido indiferente para mí.
Me concentré en serio en observarlo todo con sumo detalle y cuidado, a cada persona.
Empezando a unir los pequeños detalles que tal vez para los otros pasaran como un signo más de la escasez y las condiciones a las que estaban obligados a vivir. Respiré profundo hasta que mi respiración se desaceleró y mis ojos empezaron a expandirse, uniendo y dándole contraste y color a todos esos detalles que se perdían a simple vista. Intenté más fuertemente que mis sentidos se ampliaran haciendo que mi cabeza palpitara un poco antes de sentir como esa pequeña parte de mí que estaba herida volvía a surgir. Era tanto, tenía tanta percepción de todo lo que me rodeaba que observaba todo a cámara lenta, me invadía tantas sensaciones de los cuerpos que palpitaban con vida, luchando por moverse. El olor a yagas y a sudor me dio nauseas pero lo mantuve a raya mientras seguía mi investigación.
En otro tiempo, era un tarea fácil pero ahora estaba abnegada en sudor tratando de mantener mi atención en una sola cosa pero era tanto que mi mente estaba sufriendo en concentrarse en todo, empezaba a tener una teoría sobre ello pero para validarla tenía que encontrar a Scar.
- Encárgate de esto, ¿vale? Tengo que encontrar a Scar. Ya se ha perdido bastante tiempo y pronto debemos de regresar. – dije ofreciéndole la maquina a Anthony, sintiendo un ligero mareo al moverme. No esperé a que me respondiera y me interné de lleno en ello.
Todo se hizo más nítido y más sensorial mientras me acercaba al grupo de tiendas, pasando varias personas que registraban las cajas de cartón en busca de alguna sobra o intentando reciclarlo para algo.
Estar rodeado de tantos se sentía como cruzar un laberinto intentando esquivar todas sus emociones y los ligeros susurros de sus pensamientos. Esta gente sí que se veía mal y más que señal de insalubridad también se veían señales del maltrato, de mucho esfuerzo, podía sentirlo. Coincidía bien con lo que me había contado Anthony sobre limpiar los escombros para sobrevivir pero sabía que había algo más. De alguna manera las palabras que había dicho Xoé ayer sonaba en mi cabeza ahora junto con la imagen de Scar observándola enfurecida, tratando de reprimirse.
´” No creo ser tan buena como alguien que escala a la punta de una gran torre o como aquellas que trabajan en el polvo excavando por secretos.” al principio me había sonado como algo inocente pero ¿en realidad lo era?
Seguí caminando hasta adentrarme más al círculo de carpas grises y azules levantadas sobre el viento en busca de Scar pero me encontraba pérdida, había mucho ruido por los cuerpos en movimientos, el viento y el mal olor no era una buena combinación para mantener arriba mis sentidos y poder hallarlas. Intenté enfocarme en su olor y su forma, tratar de rastrearla por encima de todo ello pero mi olfato se había dañado desde hace mucho y todo lo que me venía no correspondía ni de lejos a ella.
Tenía que haber otra manera, ¿si fuera Scar a dónde iría?
Abrí bien los ojos observando a mi alrededor mientras pensaba en lo último que me había dicho, intentado que sintiera algo de empatía por estas personas. Tal vez tener conocimiento de esto fue la manera en que por fin encontraba un pista al ver a una niña de unos 9 años cruzar a unos metros de mi con la manos delante de ellas envueltas en una venda blanca, era muy joven pero aun así se veía su rostro marcado por las duras y difíciles condiciones. Sus ojos amarillos se veían angustiados un poco antes de sobresaltarse al notarme de pie a unos cuantos metros de ella. Debía de lucir algo llamativa vestida todo de negro con el arma colgado de mi hombro.
Intentó dar un paso atrás pero puse ambas manos delante de ella deteniéndola.
- Tranquila, solo busco a mi compañera. ¿Puedes ayudarme? – le pedí observándolo a los ojos. Era difícil no pasar como un depredador o fingir ser menos que eso pero intenté acercarme intentando no asustarla mientras sostenía sus manos delante de ella como si le dolieran. Su imagen era lo más triste que había visto en días y había algo melancólicamente familiar en ella que hacia mi corazón doler un poco.
Vestía un conjunto marrón manchado de tierra y suciedad y en su brazo izquierdo presentaba muchos moretones, y pinchazos de agujas.
- ¿Puedo verlas? – le pregunté acercándome lo suficiente para ver sus manos. Ella se vio algo precavida pero no se movió mientras ponía una rodilla sobre la tierra para estar a su misma altura y tomé delicadamente una de sus manos. Estaban bien envueltas por esa tela blanca con las uñas de los dedos sucias por el barro y el carbón.
Manos de esclavos, de trabajadores en pleno apogeo de la civilización. Eso me hacía cuestionar-me que construíamos que valiera la pena cuando esto era lo que causábamos, lo que dejábamos atrás.
- ¿Cómo te llamas?
Me miró a los ojos por un par de segundo antes de colocar una de sus manos sobre mi mejilla cerca de mi ojo izquierdo, me tensé pero no me atreví a moverme, me parecía un intercambio justo luego de que me hubiera permitido tocarla.
- Anya. Me gustan muchos tus ojos, los Smooker nos regalan dulces luego del intercambio. – dijo con una voz apagada y algo tímida antes de alejar su mano. Sonreí a media intentando imaginarme a esos monstruos dar algo de piedad.copy right hot novel pub