La fiesta se había alargado hasta las tres y media de la mañana, y no creía que hubiera quedado algún mueble limpio después del desastre que dejamos atrás, incluyendo casi toda la existencia de alcohol agotada.
Pero aun así encontraba respetable el esfuerzo que todos hicieron al levantarse la mañana siguiente y continuar sus labores responsablemente, un poco agotados, sí, pero se veían las cosas más relajadas. Esa calma, esa pequeña relajación, se instaló en nosotros los días siguiente haciendo nuestro trabajo más llevadero. Sin que el peso y el miedo por lo que nos esperaba nos atacara.
Todos se habían puesto en lo suyo, entrenándose junto al trio de novatos que se habían integra-do al grupo desde muy temprano, ya empezaban a agotarse las escusas para no querer salir con ellos a correr y no podía decir sinceramente lo terrorífico que me parecía salir a la calle con tantos Smooker pululando alrededor así que ayudaba a Isak con las terminaciones de las celdas. Pero me había tomado un descanso de eso y ahora paseaba en el piso de Valor en la Delief donde se vendían un puñado de baratijas y repuestos rescatados de las misiones. Había venido con la in-tención de distraer la mente un rato y tal vez comprar algo de información que estuviera a la ven-ta por los guardianes recién llegados del campo.
Me entretuve en una mesa protegida con cristal salvaguardando diferentes tomos en pasta dura de libros clásicos rescatados y los inspeccioné por un rato hasta que escuché a alguien detrás de mí hablar.
- Luces animada. – comentó.
- ¿No puedo estarlo? – le respondí sin molestarme a girarme.
- Temo ser yo quien lo arruine.
- Entonces no lo haga. – dije volviendo mi concentración a la mesa del frente. Guardamos silencio hasta que lo sentí situarse a mi lado, Nick parecía poco interesado en ellos y más sobre medir mi estado de ánimo.
- ¿Has leído alguno? – preguntó levantando uno bastante robusto y observándolo con curiosidad.
- Mis tutores gozaban de una buena colección y creían necesario que yo me conectara con el papel, eran un poco nostálgicos. – Le dije recalcándolo con un encogimiento de hombros.- ¿Y tú? ¿Has leído alguno?
- Un par de ellos. Hace tiempo. No resulta factible gastar tanto dinero en nuestra actual economía.
Nos movimos a otra mesa, llena de libros de tapa blanda y folios llenos de papeles. En uno de ellos vi una copia algo desbaratada de El discurso del método de Descartes y la levanté para que Nick la viera.
- Bueno, apuesto a que has leído uno de estos, si no es que tienes una copia personal.
- ¿Acaso tu no? - bromeó siguiéndome el juego. Tomó el libro y le dio la vuelta compro-bando su estado. – estudié mucho sobre libros como esos, intentando que me volvieran una persona correcta, buena. Pero luego, cuando levanté la miraba hacia el mundo y este me devolvió la miraba por lo que era. Tuve que dejarlos y tomar armas.
Me quedé observándolo por un momento antes de bajar la miraba hacia el libro en mis manos antes de dejarlo en su lugar. Me sentía identificada con ello, pero no estaba inclinada a contárselo.
- A veces lamento alejarme de ese camino, y aunque intentara volver a los libros, Lykar solo nos permite llevar 5 objetos personales a lo mucho. No es tan sentimental.copy right hot novel pub