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Estuvimos un rato paseando alrededor de las distintas mesas y secciones del piso hasta que dio con algo por lo que en serio se encaprichó por que tuviera: Una chaqueta de cuero marrón con piel alrededor del cuello. Era bastante bonita y estaba en buen Estado, de buena calidad.
Cuando le pregunté por qué eso, sólo contestó que así no lucía tan intimidante. No podía negar que me hizo rodar los ojos pero me tuvo en buen ánimo todo el camino hasta el lugar de la reunión con Lykar
- ¿Me darás alguna pista de que se trata esto? – pregunté mientras nos deteníamos en una de las oficinas del piso 15.
- es mejor que lo escuches de él créeme. – abrió la puerta y me instó a que pasara primero. No me agradaba su secretismo pero no podía hacer otra cosa que esperar. Dentro, una oficina elegante con casi todos sus accesorios acristalados y una extensa mesa redonda de cristal azul. Lykar se encontraba esperándonos sentado y no se vio muy contentos de vernos llegar retardados.
Eso hizo que me animara un poco más.
- ya sabes cómo es este lugar, nos perdimos. – nos defendí encogiéndome de hombro.
- Venga, siéntate. Queremos hablar contigo. – dijo apoyándose en el respaldo de la silla sin quitarnos la vista de encima, sacó del bolsillo de su chaqueta sus cigarrillos y se dispuso a encender uno mientras nos acercábamos a la mesa. Tomé asiento en el lado opuesto de él de modo que quedáramos frente a frente pero lo suficientemente lejos uno del otro y extrañamente
Nick tomó asiento a mi lado. No quería sacar conclusiones precipitadas sobre el porqué de eso.
- Esto no suena como buenas noticias. – dije acomodándome en mi asiento, deseando haber venido más preparada.
- adelantaron las pruebas genéticas un par de días, todos los de aquí tienen que mostrar su registro y pasar por la red de servicios de salud. Hubo un contagio masivo en la zona 23, más Lighters, y otro foco en un edificio del consejo de obreros Lighters en el centro. Todos caen como moscan sin motivos, no mutan, solo convulsionan. Pero ya sabes cómo son las cosas, no podemos esperar sentados por otra tormenta. Esta es nuestra última oportunidad para obtener esos sujetos, tienes 6 días para entrar y salir si quieres lograrlo. Tal vez es tiempo suficiente para escaparte de su rigurosa inspección.
Observé a Lykar esperando a que me dijera que esto era una broma ero al parecer era menos que eso. Negué rotundamente con la cabeza.
- es...Es una locura. Seis días es poco tiempo para entrar y salir.
- pues me alegra de que por fin hayas podido hacer las paces – dijo señalándolos a ambos en señal de complicidad. - pero los necesito para finales de mes y tú lo necesitas. Eso tal vez no controle este nuevo foco, pero esperanza… Ellos tienen esperanza de que esto no sea otra ola de Monstruos que mutaran a algo peor. Necesitamos darle eso a esta gente.
Sacó una fotografía de su bolsillo y la puso sobre la mesa boca abajo como si colocara su as bajo la manga entre ambos. – cumplo también en informarte que llegará antes, las cosas se están agitando en el norte. Los Smooker preparan su división alemana para enseñarles a los niños de aquí como es que se hace.
- Si, eliminando Rousker y vagabundos por igual. – acertó a decir Nick con una sonrisa forzada en el rostro. Me dio una miraba que me confirmó de lo que se trataba toda esta reunión.
- de todas formas, ¿no crees que sea extraño? ¿Qué Nueva York pase de ser la basura más baja a estar tan en el ojo del huracán? – me interrogó Lykar fumando con tranquilidad, a pesar de que todo lo que nos daba eran malas noticias.
- me lo parecería si no hubieras matado a un comandante Smooker y luego, por pura casualidad, un edificio de su corte fuera atacado. - Dije cruzándome de brazos desentendida, sin dejarme atrapar por sus trampas.
- pues tenemos una oportunidad, un pequeño plan para que puedas reencontrarte con tu amiga pero antes de la recompensa tendrás que hacer algo por mí. - dijo poniéndose de pie con las manos en los bolsillos. Giré los ojos viéndome tan aburrida e irritada como me sentía. ´
- si no tengo opción entonces no deberías de perder el tiempo de fingir negociar o esperar a que yo me oponga. Ya dejamos en claro que todavía tienes una pequeña ventaja sobre mí y deberías de estar aprovechándola. - dije, dejándole saber con mis ojos que mi tiempo límite empezaba a cubrirse. Era tenue pero podía sentir dentro de mi algo volver a activarse.
- tan adorable como siempre. - exclamó con una sonrisa socarrona. Levantando un dedo hacia mi antes de borrarla de su rostro. - escucha. Solo escúchalo.
Esperé, pero no vino nada. Abrí la boca para preguntarle a que se refería cuando la puerta de la sala se abrió y el director de la Delief entró a paso relajado vistiendo un traje color crema. Arnold me sonrió brevemente con una de sus afables sonrisas que, si era sincera, me parecía sacadas de un manual de las mejores sonrisas.
Me costaba imaginar que pudiera estar tan radiante y tranquilo teniendo un cargo tan estresante como el del director de este instituto con media ciudad devastada y bajo la estricta supervisión de los Smooker luego del asesinato de un General hace unos días.
- Señorita Scrott nos vemos de nuevo. - saludó mientras rodeaba la mesa y se sentaba en el asiento principal, a unos cuantos metros de Lykar. La mirada que compartieron, aun-que breve, hizo que mi estómago se revolviera. Estos dos estaban involucrados en algo.
Miré a Nick en busca de confirmación pero este solo se encogió de hombros.
- Esperó que Lykar te haya puesto al corriente de nuestro ya de por si apretado crono-grama. Y mis disculpas por apresurar todo, la marea cambia tan repentinamente.
Lo miré largo rato, como si saboreara su disculpa en mi lengua antes de compartir algo con él.
- ¿sabe qué clase de hombre es él? ¿Las cosas que hace? dudo que algo como eso le moleste y perdone que le digan, pero no es oportuno que alguien como usted se relacione bastante con personas como nosotros.
Miró primero a Lykar antes de mirarme a mí. ¿En busca de aprobación? tal vez.
- lo sé, estoy al corriente. Sé que clases de personas son las que rodean esta mesa, las que viven en mi instituto. No puedo encajarme como el más listo de los más listos de los Lighters pero algo he aprendido de la marcha y eso es que las personas justas a veces, o casi siempre, no tienen las manos limpias. Las mías después de todo no están. - dijo abriendo sus palmas abiertas hacia mí para resaltar este hecho.
- no tiene pinta de guerrero. – dije observando a sus manos morenas y sin marca o cayos visible.copy right hot novel pub