Modo oscuro
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Smookers and Lighters

Capitulo 54

Utilizó el acceso del servicio para entrar por la puerta trasera y a continuación entró desde su dispositivo a la red central del edificio con ayuda del malware que había instalado Lykar cerca de uno de los monitores y la llave especial de Maia reescribiendo los código de cerrado para todas las entradas y salidas de manera remota. Se detuvo en uno de los cuartos de mantenimiento y tomó una caja de insumos de limpieza, rellenando los rociadores con la mezcla especial que Maia le dio y avanzó sin llamar mucho la atención por las escaleras de emergencia hasta el piso 89 donde se detuvo antes de salir al pasillo para activar la secuencia y empezar el cerrado.

Guardó su dispositivo, levantando una pequeña oración y abrió la puerta de seguridad tropezando con el último escalón a propósito desperdigando sus cosas por el piso. Los guardias que montaban guardia unos 7 metros más allá se sobresaltaron pero hizo todo lo posible por actuar normal, hincándose de rodillas para recoger sus cosas con cuidado.

- Oye, detente allí. - le dijo uno de los guardias adelantándose unos pasos. Nick hizo lo que les pedía, sintiendo toda su atención sobre él. Y dejó la caja de insumos en el piso levantando las manos listo para que lo revisaran.

Uno de los guardias se adelantó para revisarlo y empujó con su pie la caja hacia los otros tres restantes haciéndola rodar. Los guardias se pusieron a la defensiva pero no tuvieron tiempo de reaccionar cuando la pequeña bomba que instaló exploto con un pequeño click rociándolos con el líquido en las botellas.

No perdió tiempo y atacó al que tenia de frente lanzando su puño una y otra vez sin que llegara a asestarle, como si pudiera prever sus movimientos. Escuchó como los otros tres empezaban a toser y derrumbarse como moscas y siguió atacando al que tenía al frente sin poder acercarse lo suficiente para hacerle daño.

El Lighters sacó su arma pero la tomó apuntándola hacia arriba quitándole el cartucho y golpeándola en la cara con lo que lo hizo retroceder unos centímetros con la nariz ensangrentada pero a pesar de eso se enfrentó de nuevo a él y lo golpeó de la misma manera que él había hecho con Maia esa vez en el callejón, haciendo que una ola de dolor lo embargara e hiciera que su garganta se cerrara pero estaba listo para el truco así que no perdió tiempo y sacó de su bolsillo una prueba del líquido y se la lanzó al rostro. Intentó cubrirse con los brazos pero de todas maneras el fino cristal se rompió y empezó a esparcirse, podía esperar a que surtiera efecto pero no tenía tiempo para eso. Aguantó la respiración lanzándose hacia él y esquivándolo cuando intento atacarlo para empujar su pierna y mandarlo al piso, estrellando su puño en su rostro.

Tomó su arma que había dejado caer y le puso de nuevo el cartucho, disparándole a los cuatro hombres mientras avanzaba hasta la puerta, se detuvo un instante y se aseguró que todo el sistema de cerrado general estuviera intacto, en especial el de la Oficina del Maximus, y abrió la puerta de la habitación soltando un largo suspiro ansioso.

No sabía que esperaba de Vidra. Sabía que era alguien importantísimo para Maia pero al tenerla frente a frente le sorprendió ligeramente.

En un principio imaginó que era Lighters ya que compartía la misma habilidad que repentinamente él había desarrollado pero tenía un cabello negro larguísimo, la piel pálida y los ojos, los ojos eran de un azul tan claro e intenso que le impresionaba. Parecía una diosa.

Una Smooker pura.

Si estaba sorprendida no lo dejaba ver, en cambio le sonrió brevemente sacando de su espalda un arma y disparándole haciendo que saltara a un lado esquivándola, pero era malditamente buena. Parecía predecir todos sus movimientos. Le asestó dos buenos tiros en el pecho antes de caer a unos metros cerca de ella.

-¿quién te envía? - dijo sin acento alguno, con una voz clara y suave.

Respiró profundo soportando el golpe de los dos balazos y levantó el rostro para ver el cañón del arma sobre su frente. Se movió con cuidado, hasta ponerse de rodillas.

- Sabía que pasaría algo en Nueva York, pero no sabía a quién esperar. Son tantos los enemigos de hoy en día. – dijo mirándolo con pesar.

Tomó aire una vez más y habló por primera vez.

- Me envía Maia. – dijo palpándose el lugar donde las balas habían quedo sujetas por suerte a su malla protectora bajo la ropa.

- disculpa, ¿quién? – preguntó confundida.

- Gris, Maia. Como desees llamarla. - dijo intentando moverse pero un movimiento de su arma lo frenó.

Vio un leve cambio en su expresión pero no se movió ni un centímetro ni hizo acopio de dejarlo ir.

- Maia, ¿ese es el nombre que se ha puesto? ¿Por qué enviaría a alguien a hacer el trabajo que ella tiene que hacer? – lo observó con tanto cuidado que tuvo cerrar los ojos un momentos para soportar la pequeña presión en su cabeza cuando su poder lo envolvió. Era increíblemente poderosa, y no tenía reparos en hacérselo ver.

- primero tenia asuntos que resolver allá arriba. - dijo dándole un vistazo al techo pero no le quitó la miraba de encima ni se inmuto. No parecía nerviosa, todo lo contrario, era como si lo tuviera en la palma de su mano. El arma era solo porque le gustaba apuntarlo y ponerlo nervioso, y no dudaba, funcionaba.

Se puso de pie lentamente, retrocediendo con las manos arriba sin atrever a hacer cualquier otra cosa.

- me ha enviado por ti, puedo sacarte. - eso le arrancó una sonrisa aunque sus ojos se desbordaron en tristeza. camino hacia la cama y se sentó dejando el arma a un lado.

- ¿sacarme? ¿De dónde? ¿En serio es tan ingenua para creer que Jack me dejaría poner un pie fuera de estas instalaciones? - preguntó con la vista fija en el arma a unos centímetros, no parecía estar preocupada en absoluto por él.

- tenemos un plan, pero no mucho tiempo para explicarte todo. - dijo sacando de su bolsillo la llave de la corte Smooker y lanzándola a la cama. Eso la hizo sobresaltarse un poco y la tomó entre sus dedos acariciándola con su pulgar.

- todavía no me creo que sea ella, ¿qué tanto la conoces? – inquirió, mirándolo llanamente, sin emoción alguna.

Dudo un instante antes de suspirar y responder a regañadientes. Esto le costaría más tiempo del previsto.

- siendo sincero no lo suficiente bien pero...Se lo mucho que significas para ella y que daría su vida para sacarte, para emendar lo que hizo.copy right hot novel pub

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