Violet

3 días después.

Ya habían pasado tres días desde que salí de la manada.

Ya habíamos pasado por casi todas las manadas, pero ya era tiempo de ir a la nuestra ya que conmigo iban 2500 personas.

Teníamos que descansar, instalarnos en la manada, no sé cómo estaría, así que aquí estamos, luego de tres días frente a las puertas de la manada.

— Syran — llamó al pelinegro, este se acerca a mi rápidamente — Indícame como entraremos, me dijiste que tenía la esfera. — digo, el asiente saca un caja de madera, tendiéndomela.

Abro la caja y tapó mis ojos por la resplandeciente luz azulada que sale de ella. Esta va cesando y yo dirijo mi mirada allí donde evidentemente una esfera de hielo se encuentra.

La tomo entre mis manos y Syran me guía hasta un pequeña columna que hay frente a la reja, el me pide que ponga mi mano en ella, en el borde, cuando hago lo que me dice la misma luz azul de la esfera inunda el lugar, la alegría está presente en todos, que ansiosos esperan a entrar al que un día fue su hogar, y a sus descendientes quienes quieren conocer el lugar donde sus padre crecieron.

De la columna que me llega a la altura de la cintura, sale un pequeño agujero, del tamaño de la esfera y la inserto en el lugar correspondiente.

Al instante la columna vuelve a la normalidad y la reja que antes tenía una pequeña cerradura del color de la esfera se abre levemente, sonrió para mí misma orgullosa de estar logrando mi propósito y abro por completo la reja. Me giro en dirección a los integrantes de la manada con una sonrisa plasmada en mi rostro.

— Ya podemos entrar. — afirmo.

Al pasar la reja vemos que una espesa neblina cubre todo, el suelo está congelado. Todo parece estar desolado y no se puede ver nada.

Con algo de miedo pongo un pie en el suelo congelado y este brilla con cada paso. Indicó a toda la manada que pase conmigo y a medida que vamos avanzando por las calles de la manada que a pesar de estar rodeada por bosque es bastante linda, hay muchas casas deterioradas.

Miro como la neblina va desapareciendo a medida que vamos avanzando, el frío es evidente en toda la manada, pero sólo Zahira para sentirlo.

Llegamos al centro de la manada y miro a Syran.

— hemos llegado a nuestra manada, hoy designo como beta de la manada a Syran, ya que él era el beta en un principio, con esto honro la memoria del antiguo líder. El delta de la manada será mi mejor amigo, Sandler quien me ha acompañado en todo el trayecto. Sin más que decir empezaremos a reconstruir nuestra manada, construiremos un hospital y un Instituto, espero todos estén bien, pueden empezar a instalarse. — informo a todos bajo su atenta mirada.

Escuchó aplausos y como todos celebran el regreso a la manada.

— Alfa. — escucho una potente voz detrás de mí. Me giro topándome con unos ojos negros que ya he visto varias veces el día de hoy ya que no me quita la vista de encima.

— Lerón. — digo con seriedad.

— ¿Necesita ayuda para hacer las reparaciones en el castillo? — pregunta.

— No. Muchas gracias. — digo con cortesía.

— ¿Segura? El castillo es grande. — insiste con una sonrisa coqueta.

Estúpido.

— Puedes ayudar Lerón también escoge a algunas personas. — indico sin mirarlo.

Camino acompañada de Sandler, Zahira, Syran, Leron y sus hermanos.

— ¿Quién es ese guapetón que no te quita la vista de encima? — pregunta Zahira en un susurro para que sólo yo escuche.

— ¡Zahira! — chilló rojo como un tomate.

— ¡Aja! ¡Te sonrojaste! — acusa, le tapó la boca y avanzó más rápido.

Sandler nos mira extrañado pero nos deja ser.

— Cállate,¡te va a oír! — chillo/susurro.

— ¿Que te traes con ese? — pregunta y yo ruedo los ojos.

— absolutamente nada, yo tengo mate. — digo mirándola mal.

— ¡Si! Claro, el que te monto los cachos con la zorra de Melanie. — dice ella echando su cabello rubio hacia atrás.

—Ya, no diré nada más. — digo mirándola.

—Vale, mira ya falta poco para llegar al castillo.copy right hot novel pub