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Tormenta de antaño

Capítulo 22 (Parte II): Naturaleza revelada

―Así que te desnudaste frente a él y se negó a tocarte, ―concluyó Evie luego de que yo les hubiera relatado el incidente en la habitación de hace un par de horas.

―Lamento decirte esto N, pero tu novio es gay ―concluyó Ángeles a su vez.

Ah si, no les había comentado eso sobre la ducha fría y como su instinto de hecho se había elevado lo suficiente como para que yo lo notara.

Pero solo sonreí. Y reí de manera maliciosa para mis adentros.

―No es gay, es algo raro, pero los chicos homosexuales tienen una rara obsesión con los pechos, irónicamente. Créanme, lo sé ―refutó Evie.

Ángeles la miró escéptica con los ojos entrecerrados.

― ¿Cómo diablos sabes eso? ―preguntó mi mejor amiga a mi otra casi mejor amiga.

―No hablaré de eso. ―Evie subió su barbilla e intentó disimuladamente tomar mi vaso de Ron con cola en lugar de su vaso con Coca Cola regular.

Intervine antes de que pudiera “confundirse”. No dejaríamos a esa chica tomar más alcohol, no repetiríamos el episodio de locura de la gala del desfile de modas. Mucho menos ahora que sabíamos que aun era una chica adolescente.

―Por cierto, vimos tu nuevo vídeo ―arrancó Ángeles.

Bufé, todas las personas que estaban en el bar, con las que había compartido una clase en la universidad, ya me habían hablado del nuevo episodio que se había vuelto viral en Alemania.

―Ese chico está caliente ―comentó Evie, yo escupí mi bebida en su cara, casi, intencionalmente.

Ella solo cerró sus ojos y lamió las gotas alrededor de su boca, aunque hubieran salido de mi boca.

―De acuerdo, no está caliente ―se retractó ella.

― ¿Quien era? ―preguntó Ángeles.

Yo acababa de notar que no había logrado decir ni una sola palabra desde hacía casi diez diálogos.

―El hermano del ex novio de mamá.

―Taze Dunham ―atribuyó Evie.

―Peter Dunham, así se llama ―puse mis ojos en blanco y exhalé.

No quería hablar de él, no quería recordar nada que tuviera que ver con él.

―Debo decir que de todos los vídeos que han subido de ti desde que nos conocimos, este es mi favorito, es la primera vez que usas la violencia. Me enorgulleces. ―Ángeles apretó mi hombro y yo la miré sin expresión alguna.

―Voy a regresar al trabajo ―me excusé, saltando del pequeño banco de una mesa en la esquina del bar.

Ya pasaba de la media noche y el lugar aun estaba a explotar, en día escolar.

Yo había recibido para aquella hora casi cuarenta dólares en propinas y al menos unas veinte nalgadas.

También tenía atorados papeles por todas partes, muchos de los chicos me los introducían en la ropa, llevaban sus números telefónicos, aunque yo me negaba, ellos encontraron la manera. Al parecer, era la primera vez que una chica trabajaba en aquel bar, con ello tenían la idea de que se había vuelto una especie de cabaré.

Jinx le había pateado el trasero a un par de tipos por exceso de insistencia o atrevimiento, los chicos habían terminado por echarlos.

Incontables veces fui al bar a comer, tanto por las mañanas como por las noches, pero de ninguna manera recibí el mismo trato. Estaba ansiosa porque terminara. Yo debía conseguir otra cosa para hacer en mi vida.

Recogí algunas ordenes y fui a entregarlas, cuando regresaba a la barra, andando por el área de los sanitarios, alguien me jaló repentinamente.

No pude prevenirlo, era otra cosa que odiaba del bar, con tantos pensamientos, emociones y locura en el aire me era difícil percibir a una sola en particular.

Mi cabeza pegó contra la pared del pasillo y una boca cubrió la mía en cuestión de segundos.

Apartada de la vibración abrumadora de las demás auras, pude percibir la que me amenazaba, y no era una que me agradara.

Usé toda mi fuerza y lo lancé sin consideración hacia la otra pared.

― ¿Qué demonios sucede contigo? ―gruñí furiosa.

Edrei se quejó contra la pared e intentó no resbalar hasta el suelo.

―Lo sabía, no eres normal ―se quejó.

― ¿Qué? ―pregunté confundida, aunque nada debería sorprenderme viviendo de él, jamás paraba de asombrarme con alguna idea nueva.

―Puede que tengas una contextura fuerte, pero esa fuerza, no es normal, ―hizo muecas de dolor y tomó uno de sus hombros.

Mordí uno de mis labios.copy right hot novel pub

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