Jinx me abrió paso al patio trasero y tras dos pisadas me detuve mirando el entorno.
¡Era completamente hermoso!
El suelo era de adoquines y había un enorme e impresionante árbol que extendía sus ramas por todo el lugar, el cielo estaba despejado y estrellado, faroles de papel colgaban por todas partes; había un sillón de apariencia acogedora a un lado del árbol una parrilla de ladrillos en forma de fuente estaba encendida frente expidiendo todos esos magníficos olores que me abrieron el apetito de inmediato.
El jardín era hermoso a pesar de la mala hierva que lucía peculiarmente bonita.
Había una antorcha y candelitas en lugares estratégicos.
Me encantaba.
Estaba acostumbrada a todo tipo de cosas populosas y trabajadas, pero esto no se comparaba en nada a ello. Esto era perfecto en su simplicidad.
Miré a Jinx y sonreí, apreté su mano contra mi pecho y suspiré, lo amaba completamente.
―No me hice expectativas ―confesé mientras jugaba con sus dedos―; pero es más de lo que podría haber imaginado.
―Me alegra que te guste. ―Él pasó su dedo pulgar por la línea de mi barbilla y por un segundo miró mis labios, pero de inmediato desvió su atención.
¿Quería besarme?
Habíamos estado tan cerca el uno del otro en varias ocasiones, otros hombres habrían tomado la oportunidad en el aire, pero él no ni siquiera lo intentaba.
¿Por qué?
Jinx jaló mi mano y me llevó con él hacia la parrilla y el sillón.
Alrededor de la asador había mas cosas listas para comer y en una pequeña mesa al lado estaban las bebidas. Me sentí alagada por la delicadeza y la preparación de todo.
¿Era normal que los chicos hicieran estas cosas?
― ¿Son galletas de arándanos? ―reaccioné de pronto cuando el olor de ellas llegó a mí, no comía galletas de arándanos caseras desde la última vez que visité a Tania con Josh. Era prácticamente adicta a ellas y la abstinencia me estaba matando.
Jinx cogió el plato de galletas, había muchas de ellas, demasiadas para dos personas. Lo cual era bueno, demasiado bueno para mí.
―Tus favoritas. ―dijo él, al mismo tiempo en que yo decía: ―Mis favoritas.
― ¿Cómo lo sabes? ―pregunté inmediatamente después.
―Lo leí en la página WEB.
¡Uh!, allí estaba de nuevo esa energía que me dejaba claro que algo ocultaba.
― ¿Seguro? ―pregunté recelosa con los ojos entrecerrados.
Pero él levantó una galleta frente a mi rostro y de inmediato olvidé como me llamaba. La arrebaté de sus manos y lo apunté con ella.
―Lo dejaré pasar por ahora ―amenacé, devorando a mi pobre galletita inmediatamente.
Miré el cielo mientras masticaba, estaba despejado, aunque el clima seguía siendo fresco, entre la fogata, la parrilla y las candelas empezaba a sofocarme.
Solté mi chaqueta de cuero y la dejé a en el respaldar del sillón, acomodé el chal para que cubriera mi espalda y me relajé. Este sería mi lugar favorito en el mundo.
―Uhm, olvidé tu chaqueta ―recordé.
―Puedes quedártela ―dijo regalándome una sonrisa, yo sonreí con él.
Amaba su sonrisa, amaba la forma de su rostro, su nariz y barbilla puntiagudas, amaba tanto de él que me parecía imposible admitir que era verdad.copy right hot novel pub