Una vez calzados mis pies me coloqué la chaqueta de inmediato, esto lograría disimular mi camisa manchada y mis pezones.
En cuanto a mi pantaloncillo no tenía más remedio que cuidar de que no se me enrollara. Pero sobreviviría, si, lograría sobrevivir a un siguiente día en mis pijamas por la universidad.
Quizá hasta medio día.
No era que me molestara andar en pijamas, no, el problema aquí es que la madrugada anterior había escogido lo peor de mi armario para usar.
Comprendí que, de aquel día en más, yo usaría ropa regular como pijamas, así disimularía mi pena si esto sucedía de nuevo. Quizá la próxima vez yo usaría una blusa de conejitos y calzones con bananas en ellos, lo cual sería completamente incongruente.
No era que mi vida social me preocupara, nunca ni después, pero todo tenía un límite.
Troté para alcanzar a Ángeles que me llevaba una ventaja de al menos seis metros por el patio, no esperó por mí mientras colocaba mis zapatillas ni la chaqueta. Esta chica debía estar hambrienta de verdad.
Debí haber cargado sobras mi primera cita, al menos sobras del bar. Lo anotaría para la siguiente ocasión.
Ella tomó de mi brazo al cruzar la calle recordándome a mamá y su trauma indefinido a cruzar las carreteras, fueran las que fueran. Sus padres, mis abuelos, murieron atropellados por un enorme camión.
Ella era una niña pequeña en aquel entonces y, aunque no había estado allí para verlo, el terror si formó parte de ella durante toda su vida.
Josie Shäfer no cruzaba una calle sin dejarte sus uñas de tres centímetros enterradas en la parte superior de tu brazo. Para Ángeles era más un termino afectuoso, una tradición que las amigas se tomaran de la mano, la muñeca o el brazo para cruzar la calle. Según me llegó a decir era una de las formas más claras de entender si eras la amiga preferida del grupo. Si tres chicas cruzaban una calle y la chica del centro se aferraba a la de la izquierda para cruzar la calle eso significaba que confiaba más en esta, por lo que consecuentemente esta sería su amiga favorita.
También funcionaba que un chico supiera si le gustaba a una chica, ella no dejaría pasar la oportunidad de aferrarse al chico de su interés al cruzar la calle, si no lo hacía, era que no estaba suficientemente interesada en él. Aunque también cabía la posibilidad de que esa chica quisiera al chico como un amigo íntimo, amado, pero solo un amigo.
Ese era el tipo de cosas sobre Ángeles, tenía sus extrañas costumbres y teorías, cosas que nadie se Tomaba la atención de mirar, pero ella si, ella lo sabía, lo analizaba y te daba una razón.
Yo jamás lo venía venir.copy right hot novel pub