Ocupé mi hora de almuerzo en mucho más que comida; tomé un emparedado de la cafetería del campus, no estaba muy bueno, lo cual ocasionó quejas de Ángeles reprochando que podíamos comer comida de calidad con en el bar de “mi novio”. Una vez mi estómago estuvo lleno, subí a mi habitación, fui a la ducha, cambié mi ropa y me relajé un poco.
A la hora indicada asistí a clases pensando en todo menos la información que el profesor proporcionaba.
Pensaba en el chico de la biblioteca, en Kuolema, en Chiara, en mis extrañas alas recién conocidas; en el libro de Jinx y, por supuesto, en Jinx. También en que demolerían la vieja casa dónde pasé los primeros años de mi vida, necesitaba hacer algo con ello también.
Mi vida ahora estaba llena de cosas, debía ir a Dusseldorf cada noche para prepararme para el desfile anual de ropa gótica de la tía Tania; necesitaba investigar sobre mí y sobre Kuolema, lo que incluía también el chico misterioso de la biblioteca. A todo se le sumaba mi relación con Jinx y el tener que soportar a Chiara hasta nuevo aviso. No tenía la menor idea de que haría.
Mi tercera clase se canceló, así que tendría al menos otra hora libre hasta la siguiente clase. Lo que me dejaba demasiado tiempo ocupar mi mente únicamente en pensar sobre la ruleta rusa en la que se había convertido mi vida.
No deseaba pensar más.
Ya no más.
Así que intenté leer sobre el montón de tonterías que se suponía debía aprender en mi vida universitaria.
Mi intento duró.... un minuto.
Me rendí, bufé, y giré mis ojos.
Pegué mi vista en la puerta de salida, mirando las calzadas hacia la calle, los jardines y la calle; sabiendo lo que me llamaba no mas allá de lo que mi vista era capaz de divisar.
Así que cerré el libro y lo fundí en mi bolsa. Salí del edificio y caminé, dejándome llevar hasta allá.
Solté la puerta y esta se cerró detrás de mí; no quería estar allí, al menos no completamente. Me negaba en hablarle, pero lo que sentía en mi interior era más fuerte que mis razones.copy right hot novel pub