Debido a la amenaza de Maritza decido abstenerme de ir al casino donde me encuentro con Lucrecia, no quiero que nada malo le suceda, pero después de otra semana sin verla la desesperación es mayor y esta noche decido buscarla.
Cuando llego al lugar me quedo un momento en la barra tomando una bebida cuando un tipo se acerca a mí y comienza a platicar conmigo como si fuésemos amigos de apuestas, esto por supuesto me toma por sorpresa, pero decido seguirle el juego.
- ¡Luciano! Qué maravilla tenerte hoy de nuevo aquí, ¿Qué te parece si continuamos con esa apuesta que quedo pendiente hace unos días? -Pone una mano sobre mi hombro, lo miro un instante y después asiento.
-Me parece perfecto, espero ganarte esta vez -Tomamos el ascensor y nos dirigimos al quinto piso una vez ahí nos bajamos y el tipo me lleva a una sala de juegos VIP donde solamente unos cuantos tienen acceso.
-Lo siento señor, era la única forma en que no sospecharan de que está esperando por mi jefa -Lo miro un poco extrañado y este se explica -La señora Lucrecia, lo que sucede es que unos tipos lo han estado siguiendo desde que llego aquí, pero no se preocupe ellos no tienen acceso a estas salas, puede tomar el otro elevador y subir hasta el piso de mi jefa -.
-Gracias, en verdad no sabes cuánto te agradezco, no me había percatado que me estaban siguiendo -Me despido de este hombre y tal como me lo indico subo hasta el piso donde Lucrecia debe estar esperando por mí.
En cuanto entro a la suite me doy cuenta de que ella está en la sala con una laptop sobre su regazo y revisando unos cuantos papeles, levanta la mirada y cuando nuestros ojos se cruzan me regala una enorme sonrisa la cual me paraliza el corazón, es algo que siento tan familiar como si tuviera años de conocer a esta hermosa mujer y no solo algunas semanas, me acerco hasta ella y paso mi brazo alrededor de su cintura pegándola un poco a mí.
-Te he extrañado todos estos días -Le confieso para después arrebatarle un beso cargado de urgencia para demostrarle cuanto me ha hecho falta estar así con ella.
-Yo también te he extrañado, he venido toda la semana, pero no te aparecías, por un momento pensé que ya te habías aburrido de mí -Dice mientras me mira con sus bellos ojos un tanto tristes.
-Nunca me aburriré de ti, eres la mujer que amo, no te puedo decir cuando sucedió solo sé que simplemente es la verdad, todo el tiempo pienso en ti, quiero estar contigo y vivir mi vida a tu lado, sé que nos conocemos de hace poco tiempo, pero al estar contigo es como si estuviera completo, es como si te conociera de toda mi vida y es algo que no logro explicarme -Le confieso y aunque al principio parece un poco sorprendida, veo como su rostro se ilumina con todo lo que acabo de decirle.
-Sabes es lo más lindo que alguien me ha dicho -Toma mi rostro entre sus delicadas manos y me da un tierno beso.
- ¿Ni siquiera tu difunto marido? -Inquiero con un poco de celos, si bien es cierto que ya está muerto quiero saber más acerca de él.
-Ni siquiera él -Suelta una pequeña risa -Era un hombre muy serio y hasta cierto punto frío con las demás personas, pero conmigo no, conmigo siempre fue muy lindo y tierno a su manera -Lo dice como si aun estuviera enamorada de él y me molesta, ya que de cierta forma me gustaría ser yo de quien hable así y no de él.
- ¿Y físicamente cómo era? -Aunque quiera ocultarlo sé que mi voz me ha delatado y ella se ha dado cuenta de mis celos por la forma en que me mira.
-Era un hombre muy guapo, pero lo que más me gustaba eran sus hermosos ojos azules -Me sonríe después de decirme esto y es una sonrisa tan cálida que mis celos se aplacan por un momento -Tus ojos me recuerdan mucho a él, pero eres muy diferente y eso es lo que más me gusta de ti -Me vuelve a dar otro beso y luego me abraza.
-Quisiera quedarme así contigo toda la vida -Ella me mira y hunde su cabeza en mi pecho, la cargo y la llevo hasta la habitación, la acomodo y luego me vuelvo a abrazar a ella mientras acaricio su cabello -Por cierto, hay algo que quiero decirte -Levanta la mirada y me observa detenidamente.
- ¿Es algo malo? Te noto un poco preocupado -Frunce el ceño cuando no respondo y doy un largo suspiro.
-Tuve una pelea con mi prometida y me amenazó con que si la engañó me matará a mí y la mujer con la que este, me preocupa que se enteré de lo nuestro y algo malo te ocurra, además de que hoy me estuvieron siguiendo sus hombres, si no ha sido por un tipo que me dijo que me estaban siguiendo no me hubiese dado cuenta -.
- ¿Quién era ese hombre? -Pregunta un poco asustada.
-Me dijo que era uno de tus hombres y él fue quien me ayudó a esconderme de esos tipos, me llevo hasta una de las salas privadas y de ahí pude subir hasta aquí -Se relaja en cuánto le digo esto y vuelve a recostarse sobre mi pecho.
-Entonces seguramente así era, no tienes de que preocuparte no me pasará nada malo, ella no será capaz de descubrir lo nuestro -Se abraza más fuerte a mí y después de un rato se duerme pegada a mi cuerpo, y sin poder evitarlo hago lo mismo; después de unas cuantas horas despierto, pero no encuentro a Lucrecia a mi lado, salgo a buscarla y la escucho hablando por celular.
-Me quita un peso de encima saber que fuiste tú quien se dio cuenta de que lo seguían, ¿Y esos hombres dónde están ahora? -Escucha lo que le dicen y su expresión se relaja, me acerco hasta ella y la abrazo por la cintura haciendo que pegue un brinco -Me parece bien, mantenme informada -.
-Lo siento te asuste -La giro y acaricio su rostro.
-No te preocupes amor, estaba distraída; por cierto, esos hombres ya no están dentro del casino, creo que lo mejor será que por unos días dejemos de vernos por lo menos hasta que tu prometida se relaje, pero igual estaría bien que sigas viniendo para que crea que sólo vienes a apostar -Asiento ante lo que me dice y quedamos de vernos en unos días como ella lo sugirió.
Me despido de ella y salgo hacia el ascensor cuando llegamos al quinto piso el mismo hombre de hace unas horas aparece en él y me acompaña hasta salir del casino haciéndome platica como si en verdad fuésemos amigos, nos despedimos y cuando subo a mi auto me doy cuenta de que efectivamente unos hombres me vienen siguiendo a la distancia, lo cual me enfurece dado que Maritza es la que está detrás de todo esto, esa mujer me enferma, pero prefiero guardar silencio y hacer como que no me he dado cuenta de nada, todo con tal de que Lucrecia este segura en todo momento.
Lilibeth
En cuanto Massimo sale de la suite subo un piso más para reunirme con Giuseppe, según lo que Palmieri me ha comentado ha encontrado algo referente con la muerte de Pietro, por lo que bajo rápidamente del elevador en espera de buenas noticias.copy right hot novel pub