LUCIANA
El día de hoy fue maravilloso, algo inolvidable, que siempre recordaré.
Después de terminar con nuestra aventura, volvimos al lugar donde se encontraban los bungalós.
Erick, en todo momento se portó lindo y caballeroso conmigo. Como siempre lo había sido. Me encantaba que fuera romántico y tierno, pero lo que más me gustaba era el como cuidaba de mí, haciéndome sentir protegida.
En cuanto llegamos al bungaló en el que íbamos a pasar la noche, comencé a ponerme nerviosa. Se que Erick dijo que no me obligaría hacer algo que no quisiera hacer, el problema es que no quiera, el detalle es que lo deseo tanto como él a mí, o quizás hasta más.
Pero como este día había sido tan especial, no quería estropearlo, y tampoco quería dar pasos rápidos. Me gustaba hacer las cosas con calma y con paciencia. Pero creo que para hacer el amor con el hombre que amas, no creo que sea algo que se tenga que planear, si no dejar que los cosas fluyan por si solas.
Y eso haré, dejaré que por si solo suceda lo que tenga que pasar. Por más nerviosa que esté, se que esto nunca va cambiar en mí.
Después de ducharme por tercera vez en el día, sin contar las veces que entre en el mar. Salgo del baño, me había puesto una bata de baño que me encontré, como el cambio de ropa que me había colocado en la tarde. No podía dormir con la anterior y mucho menos lo iba hacer en ropa interior.
Al salir del baño, Erick me estaba esperando a lado de una mesa pequeña con dos asientos. Pero la mejor parte fue que en ella había una cena servida. Era algo parecido a lo que hizo ayer en la playa, pero ahora era algo sencillo y pequeño. Algo que diría yo, perfecto para mí.
¿Este hombre podría algún día dejar de sorprenderme?
— Creí que podrías tener hambre — dijo, señaló la mesa servida — Así que ordené algo para cenar, espero te guste. — me muestra una pequeña sonrisa.
Como no me iba a gustar, todo lo que hace, absolutamente todo.. de él me gusta.
— Muero de hambre — digo, intento no mostrarme nerviosa.
Me acerco y él me ayuda con la silla para así poder tomar asiento.
Una cena silenciosa es lo único que hubo, solo una que otra palabra cruzamos. No sé si sea solo yo la que está nerviosa o tal vez él también lo esté.
Es extraño cuando Erick no habla y guarda mucho silencio, pero también no es alguien que hable mucho, solo que en ocasiones él intenta llevar una conversación tranquila, que en esta ocasión hizo la excepción.
No lo culpo yo estoy igual o peor que él. Mis manos sudan y tiemblan. Parece como si fuera la primera vez que hacía esto con él.
Terminamos de cenar, y yo sigo sentada en donde mismo. Tengo miedo a moverme. Pero después de unos segundos él se pone de pie y carraspea.
— Saldré por un momento.. — dijo, ¿qué?, ¿porque? — Puedes dormir sin ningún problema — mira la cama para darme entender a que se refería.
— Pero.. ¿volverás? — pregunté.
Seguía sin poderme mover de mi asiento.
— Sí, descansa — dice en voz baja, después sale a pasos apresurados.
Dejándome completamente sola y petrificada en mi sitió. ¿Qué sucedió?, ¿porqué se comportó extraño?
No entendía porque razón se había comportado así, no parecía él. ¿Puede ser que él también esté nervioso?
El Erick, seguro, serio y rígido que conozco, no parecía ser el de hace unos momentos. Este se miraba inquieto e inseguro, como si algo le preocupara. ¿Pero que era?
Quería saber a donde había ido, si volvería, y que había ocurrido, porque salió casi corriendo.
Después de darle vueltas a lo mismo, preferí mejor descansar mi mente y decidí por fin recostarme en la cama. Era amplia y cómoda. Pero aún así se me hacía difícil conciliar el sueño.
Minutos después mis ojos comenzaron a cerrarse poco a poco.copy right hot novel pub