LUCIANA
—Así que ese restaurante es tuyo —afirmé en vez de preguntar.
Con lo que dejo dicho antes, podía entender que ese lugar le pertenecía, aunque no lo hubiera asegurado.
Erick, asintió con la cabeza, antes de hablar.
—En efecto.
Conducía devuelta a la casa de playa, después de la hermosa propuesta que me hizo dimos un paseo por la costa hasta que los alrededores se volvieron más desérticos y el viento comenzaba a refrescar un poco más.
Las charlas con Erick eran cada vez más joviales, dejando atrás el modo serio y dándole entrada a la comunicación. Eso era maravilloso, una de las mejores cosas para que una relación funcione, es la confianza y la comunicación. Y esos eran los primeros puntos con lo que estaba arrancando esta relación.
Erick y yo habíamos pasado por muchas cosas, podía ser que esto no era el principio, era como una oportunidad, una que nos dimos por amor. Y por un lado esto era el comienzo de muchas cosas buenas, eso quería pensar. Estaba intentando ser la Luciana de antes, la positiva y la que no se dejaba caer por nada ni por nadie.
Antes de conocer a Erick, mi vida era diferente, tanto que nunca me di la oportunidad con nadie. Los hombres siempre habían sido algo fuera de mi alcance, pero porque así me lo había puesto yo. Siempre huía de cualquier intento de cortejo, nunca le puse interés a ese asunto, y en parte porque nunca tuve tiempo para algo así. Ni siquiera con mi mejor amigo Liam, que en varios momentos me confesó sus sentimientos.
Con Erick todo fue diferente. Me sentía feliz cada momento que compartía con él, le conté mis cosas, hablábamos, siempre disfrutábamos estando juntos… Mis sentimientos por él se habían ido consolidando sigilosamente, sin que me diera cuenta, y solo los había percibido cuando me entere lo que me había ocultado, y fue cuando tuve que tomar una decisión que me dejó destrozada, alejarme de él.
Ese tiempo sin el fue lo más doloroso, lo extraña a cada segundo, recordaba su rostro, sus besos, sus dulce palabras y el día que me entregué a él en cuerpo y en alma. Había sido el único hombre y el amor de mi vida.
Y ahora me había convertido en su prometida. Aún no podía creerlo, seguía estupefacta, era algo irreal para mí, nunca pensé que nuestra relación llegaría tan lejos, con tantos obstáculos pude dudar un momento de ello. Pero de lo único que nunca dudé fueron de mis sentimientos por Erick.copy right hot novel pub