Elisa deliberadamente grabó el rostro de la mujer con claridad.
El rostro de Gonzalo mostraba furia, más mala cara no podía tener. Tal vez no le gustaba su esposa, pero nominalmente era su esposa. Ahora…
Estaba enojado principalmente porque se sentía avergonzado, no tenía mucha compasión por su esposa.
La mujer que estaba a su lado tenía curiosidad y miró la pantalla del teléfono, Gonzalo pateó a la mujer. Estaba tan furioso que tiró el teléfono al suelo, este se hizo pedazos.
El hombre se apresuró a recogerlo, pero ya era tarde, estaba desconsolado.
—Eh, este es mi celular, además, ¿de qué sirve romper el celular?
En ese momento sonó el teléfono que había tirado en el sofá, lo agarró y lo cogió, su tono mostraba disgusto porque estaba furioso.
—Hola.
Elisa notó su enfado de inmediato y no pudo evitar sonreír.
—¿Has visto el video que te envié?
Gonzalo miró el móvil para descubrir que había un mensaje de video en WeChat que no había leído. Hizo clic en él. Era el vídeo que había visto antes. Entonces reaccionó.
—¿Tú has grabado el vídeo?
Elisa no lo negó. Su propósito era arruinar la reputación de la mujer y que Gonzalo quedara en humillación. Solo así toda la Ciudad B sabría que le habían puesto los cuernos.
Gonzalo apretó los dientes con enojo.
—Estás loca. Borra el video de inmediato, ¿dónde estás? Te voy a buscar.
—Ja, ja, ¿ahora sabes que estás en problemas? Lo siento, pero ya es tarde, ya le envié el video a una cuenta popular de TikTok y a los medios de entretenimiento de la Ciudad B. Creo que están dispuestos a publicar noticias tan interesantes, después de todo, la familia Gutiérrez tiene alguna fama...
—¡Elisa!
Gonzalo estaba furioso.
Elisa solía tener miedo a su enfado, porque tenía que la dejara, pero ahora ya la había dejado, ¿de qué más podía tener miedo?
Ella miró a la mujer en el suelo con desprecio.
—¿Quieres que te haga una transmisión en vivo para ver cómo luce tu esposa ahora?
Gonzalo contuvo su enojo y preguntó:
—¿Dónde estás?
Elisa se rio.
—¿Me tomas por tonta? Si te lo digo vendrás con gente para atraparme.
—¿Qué es lo que quieres?
¡Ahora quería matar a Elisa!
—No quiero nada, solo me parece divertido hacerlo.
Dicho eso, Elisa se rio a carcajadas.
—Tu esposa está en el Edificio Campana, ve a buscarla.
Elisa colgó el teléfono. En estos momentos el video erótico de la mujer estaría divulgada por todas partes.copy right hot novel pub